El Mea culpa de la ciencia
Escrito por Eduardo Poo
Si analizamos las causas que han generado los graves daños ambientales del siglo XX tenemos que entender y aceptar que las investigaciones científicas tuvieron como objetivo mejorar la calidad de la vida humana.
El descubridor de los clorofluorocarbonos (CFCs) el científico Tomas Midgley murió convencido que había creado el gas ideal, no dañaba el agua, el aire, la tierra, y era inofensivo para el ser humano, y tenia infinitas aplicaciones, en la industria como impulsor de aerosoles, esterilizar instrumentos, inhalar medicamentos para el asma, fabricar espumas y muchas otras para bienestar de la sociedad.
Jamás hubiera imaginado que con los CFCs iba a colocar a la humanidad en grave riesgo, destruyendo la capa de ozono, escudo de la vida, hasta ahora irreversible, permitiendo el ingreso de las letales radiaciones ultravioletas que generan cáncer de piel, además afectan la reproducción del fitoplancton, primer eslabón de la cadena alimentaria marina y principal productor de oxigeno y reduce varios cultivos agrícolas.
A pesar que los CFCs fueron descubiertos en 1920, ningún científico vislumbro la posibilidad del daño a la capa de ozono, detectada en 1981 y creado el protocolo de Montreal en1987 como regulador de estos gases, que todavía se utilizan.
El ser humano requería de energía para el desarrollo industrial, y opto por la utilización de combustibles fósiles, petróleo, gas, carbón y no por otras energías ya conocidas. Que han llevado a nuestro planeta a sufrir las consecuencias de las emisiones de gases que han generado el “efecto invernadero” del calentamiento global, proceso hasta ahora irreversible.
Todo esto teniendo disponible las energías alternativas. Einstein el genio físico que demostró que la energices igual a la masa, a la velocidad de la luz en su teoría de la relatividad, murió angustiado al saber que su descubrimiento permitió la fisión nuclear para fabricar bombas atómicas, y no la fusión nuclear (energía del sol) investigada en 1960 por los científicos Martín Fleischmann y Stanley Pons, detenida por poderosos intereses y retomada actualmente por las grandes potencias mundiales. Esta energía de fusión nuclear permitiría disponer de energía prácticamente gratis e inofensiva al Medio Ambiente.
La pregunta es; ¿se equivocaron los científicos? no vislumbraron los posibles daños a la naturaleza y sus efectos al ser humano, posiblemente no disponían de los instrumentos científicos y apoyo económico para detectar estos graves daños al Medio Ambiente.
Aunque ellos no lo acepten, los seres humanos que estamos preocupados les otorgamos. EL MEA CULPA CIENTIFICO.
Eduardo Poo RodríguezONG MADRE
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