““El presidente de Chile y el de nuestro país, en el encuentro en los glaciares, se preocuparon y acordaron actuar en conjunto para tratar de detener los daños ambientales globales que están afectando a nuestro planeta hogar: la destrucción del ‘escudo de la vida’, el agujero que tiene casi 25 millones de km2 y que ha aumentado el cáncer de piel a límites dramáticos, y el ‘efecto invernadero’, cuyas consecuencias son dramáticas: temperaturas desmesuradas, que deshidratan a ancianos y niños, que están derritiendo glaciares y la Antártida, con cambios climáticos incontrolables. Ambos mandatarios saben que estos procesos son irreversibles y antropogénicos (causados por el hombre), pero ellos no pueden detener esto. Los químicos que destruyen el ozono están en el Protocolo de Montreal y serán eliminados en el 2015, pero seguirán subiendo para destruir el ozono por lo menos durante 50 años más.“En cuanto al dióxido de carbono, el principal gas del ‘efecto invernadero’, fue imposible en el protocolo de Kioto lograr su reducción, pues EE. UU., que genera el 25% de este gas en sus industrias, se negó a disminuirlo. En cambio ofreció un bono para forestar, ya que para ellos es más rentable. Esto parece apocalíptico, pero es una realidad. Nos estamos autodestruyendo. En el Viejo Testamento de Jeremías encontré: ‘...Y te traje a esta tierra de promisión para gozar de sus frutos y de su bienestar; pero cuando tú llegaste, arruinaste su tierra e hiciste de mi herencia algo abominable’. ¿Será que en épocas que se pierden en el tiempo también hemos destruido un hábitat que nos daba bienestar? Parece posible. Se encontraron antecedentes de huellas humanas de 120 millones de años. No se puede negar que somos predadores”.Eduardo Poo Rodríguez -madreongpoo@yahoo.com.ar
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