Al ser propietario de este gusano de hierro, nos hacemos fieles a la excusa de que estamos de acuerdo con el progreso, y exigimos que las calles y carreteras sean mas aptas para desplazarnos con velocidad, el auto, este tirano cruel que de esclavo se transformo en nuestro amo, exigiendo cada vez mas que el abastecimiento de sus alimentos, petróleo, aceite, etc. sea permanente, no importando que sus proveedores provoquen las mas crueles y despiadadas guerras, para abastecerlos, y no solo eso, también provocan los mas graves descalabros ambientales, contaminando los mares.
Además, millones de hectáreas están dedicadas a producir soja , caña de azúcar y maíz, para producir bio combustibles para este monstruo sagrado, necesarios para un planeta que esta careciendo cada vez mas de alimentos, para sus siete mil millones de habitantes—censo actual.
La permanente visión en los medios de hierros retorcidos y cuerpos destrozados, nos ha hecho perder la sensibilidad y convivimos con la muerte sin inmutarnos.
Son tantas las victimas que provocan los autos, que las Naciones Unidas han declarado el año 2011, como el año de la seguridad vial.
Hasta las grandes y poderosas multinacionales seudo ecologistas, elogian estos procesos productivos, asumiendo actitudes hipócritas para aumentar sus ingresos.
Afortunadamente, algunos países inteligentes día a día mejoran sus servicios públicos de transporte masivo con calidad rapidez y comodidad, como son los ferrocarriles subterráneos para reducir el transporte individual del auto en las ciudades, que permanentemente congestiona las calles, con peligro para los peatones.
Joan Manuel Serrat, en uno de sus canciones dice: Padre, los gusanos de hierro, están matando la tierra.
Eduardo Poo Rodríguez
ONG MADRE
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