Mar
04
de
Agosto
Síndrome de Robinson Crusoe
Escrito por Eduardo Poo
El miedo a la soledad es característico en el habitante de la gran ciudad. Es paradójico, pues estamos rodeados de mucha gente, confiterías, clubes deportivos, terminales de buses, etc. Y sin embargo al volver a casa no suena el teléfono, ni siquiera por equivocación, sólo el zumbido del refrigerador.
Los miedosos de la soledad tienen muchas formas para mitigarla, alquilar video, contratar sexo, abusar de la comida mirando TV, adicto al alcohol, a internet, escribiendo (muy poco) o atendiendo tipo cinco estrellas a su mascota. Según los psicólogos existen tres tipos de soledad.
La transitoria; Que dura unos minutos o unas horas.
La emocional; Provocada por divorcio, Traslado a otra ciudad.
Crónica; Esta última es la que más afecta, son personas a las cuales les cuesta establecer contactos sociales, se culpan asimismo y por supuesto no saben superarla.
El miedoso de soledad puede ser muy competente en su trabajo, pero no puede manejar las relaciones personales fuera del ámbito profesional, esto necesariamente no guarda relación con su inteligencia. Para los seres humanos, comunicarse es una necesidad vital, y en nuestra sociedad tecnológica ha encontrado en los celulares un medio para comunicarse, y lo hace por cualquier banalidad, en la calle, buses, restaurantes, etc. mantienen una febril dependencia de ellos, lo importante es estar comunicados.
Su compulsiva ansia de ubicuidad es uno de los modernos síntomas de soledad, y la combaten con este objeto-fetiche, con el cual van comunicando gran parte o todas sus actividades, lo que ven, lo que comen, y hasta su ubicación geográfica, bla, bla, bla nunca dejan enfriar su pabellón auditivo.
Digo yo; Si quiere combatir la soledad, pruebe incorporarse a actividades constructivas y estimulantes, donde preste un servicio que lo haga sentir útil, consiga nuevas amistades y comparta sus sentimientos e inquietudes, y pregúntese, ¿Ofrezco a los demás las mismas cosas que deseo para mi?
La sociedad actual, muy competitiva, ha impulsado a alas personas a valorar más su satisfacción en el trabajo que en su vida personal, eleve su autoestima. La soledad, es maravillosa sólo cuando se esta acompañado!
Eduardo Poo RodríguezONG MADRE
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